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A veces subestimamos el poder de la originalidad y creatividad que supera el del dinero. En efecto, hay muchas pequeñas y medianas empresas que emplean el vídeo en su estrategia de marketing sin dilapidar su capital. Es el caso, por ejemplo, de Dropbox que, antes de alcanzar el renombre que detenta hoy, creó breves tutoriales en formato vídeo explicando el funcionamiento de la herramienta donde la narración fue llevada a cabo por el propio CEO. Así, evaluaremos aquí los efectos de emplear el videomarketing a fin de mejorar tu SEO, imagen de marca y número de ventas.

Nos pareció interesante definir el tipo de vídeo en el que nos tendríamos que centrar en función de la «fase» en la que se encontraría la clientela respecto a nuestra marca, productos y servicios. Para ello, nos basamos en el modelo de marketing online del embudo de conversión que trata de definir los distintos pasos que tiene que marcar un usuario para alcanzar un objetivo determinado dentro de la web; ya sea un registro, una compra e inclusive la generación de un lead. Asociaremos luego el formato de vídeo más adecuado a cada estrato:

1. FASE DE ATENCIÓN: A la hora de llamar la atención de los consumidores, de lanzar un producto al mercado y de comunicar con ellos, los formatos eficaces serían: los spots, los tutoriales, las infografías y el branded content.

2. FASE DE INTERÉS (O CONSIDERACIÓN): Mientras si se hallan en esta fase, convendría tener en cuenta indicadores tales como el volumen de visitas a la web, el número de páginas vistas o el crecimiento de suscriptores para que el usuario pueda, a posteriori, buscar la opinión de la comunidad o cualquier información relevante sobre la compañía. Aquí el enfoque se da mayormente en los vídeos de productos y servicios o vía la presentación de un catálogo.

3. FASE DE DESEO (O DECISIÓN): Luego, podríamos atribuirle a esta fase las entrevistas o los testimonios de clientes, pero también los formatos interactivos; en otros términos, cualquier impacto que motive al usuario a reanudar su interacción con la marca.

4. FASE DE ACCIÓN: Superada la fase de deseo, la de acción se caracterizará por definir el momento en el que las variables del precio o de la publicidad serán decisivas. El usuario ya conoce el producto o servicio, está interesado por la marca y es favorable su actitud, una eficaz campaña de email marketing o el adecuado empleo de canales de venta online definirán si se fidelizará o no el cliente. También resultaría, en este sentido, propicia la colaboración de los influencers.

5. FASE DE RETENCIÓN (O FIDELIZACIÓN): Por último, si los propios clientes alcanzan esta fase y se convierten en los mayores embajadores de la marca, los indicadores más relevantes serían la recurrencia con la que volverían los usuarios y el volumen de engagement. Sobre esta misma línea, será beneficioso realizar vídeos enfocados a realzar el valor de marca.

En conclusión, el vídeo marketing se erige como una herramienta sumamente útil para alcanzar leads. Eso sí, es importante establecer una precisa segmentación de los usuarios respecto a la fase en la que se encuentran así como aplicar los formatos adaptados a cada una de ellas. De esta manera, os aseguraréis un impacto positivo en cualquier momento del proceso de investigación del cliente sobre un producto, servicio o sobre la marca misma.

Fuente de la ilustración del embudo de conversión: Shoperti.